Dadá se caracterizó por rebelarse contra las convenciones
literarias y artísticas y, especialmente, por burlarse del artista burgués y de
su arte. Para los miembros de Dadá, el dadaísmo era un modus vivendi que hacía
presente al otro a través los gestos y actos Dadá: acciones que pretendían
provocar por medio de la expresión de la
negación dadaísta. Al cuestionar y retar el canon literario y artístico, Dadá
crea una especie de anti-arte, conformándose como una provocación abierta al
orden establecido.
Escrito por TristanTzara y publicado en 1918 en el número
3 de la revista DADA de Zurich, el Manifiesto Dadá es el primer manifiesto del
movimiento dadaísta. Otros textos importantes para la historia del dadaísmo
son: “el Manifiesto sobre el amor débil y el amor amargo”, también de Tzara,
leído en París el 12 de diciembre de 1920 en la Galería Povolozky y publicado
posteriormente en el número 4 de la revista La vie des lettres también de
París; y La premiere aventure celeste de MausleurAntipyrine, que Tzara escribió
y publicó en Zurich en 1916.-
Primer Manifiesto
Dadá (1918):
La magia de una
palabra
—DADA—
que ha puesto a
los periodistas
ante la puerta de
un mundoimprevisto,
no tiene para
nosotrosninguna importancia
Para lanzar un manifiesto es necesario: A, B,C. Irritarse y aguzar las alas para conquistar y
propagar muchos pequeños y grandes a, b, c, y afirmar, gritar, blasfemar,
acomodar la prosa en forma de obviedad absoluta, irrefutable, probar el propio
non plus ultra y sostener que la novedad se asemeja a la vida como la última
aparición de una cocotte prueba la esencia de Dios. En efecto, su existencia ya
fue demostrada por el acordeón, por el paisaje y por la palabra dulce. Imponer
el propio A.B.C. es algo natural, y, por ello, deplorable. Pero todos lo hacen
bajo la forma de cristal-bluff-madonna o de sistema monetario, de producto
farmacéutico o de piernas desnudas invitantes a la primavera ardiente y
estéril. El amor por lo nuevo es una cruz simpática que revela un
amiquemeimportismo, signo sin causa, frágil y positivo. Pero también esta
necesidad ha envejecido. Es necesario animar el arte con la suprema
simplicidad: novedad. Se es humano y auténtico por diversión, se es impulsivo y
vibrante para crucificar el aburrimiento. En las encrucijadas de las luces,
vigilantes y atentas, espiando los años en el bosque. Yo escribo un manifiesto
y no quiero nada y, sin embargo, digo algunas cosas y por principio estoy
contra los manifiestos, como, por lo demás, también estoy contra los
principios, decilitros para medir el valor moral de cada frase. Demasiado
cómodo: la aproximación fue inventada por los impresionistas. Escribo este
manifiesto para demostrar cómo se pueden llevar a cabo al mismo tiempo las
acciones más contradictorias con un único y fresco aliento; estoy contra la
acción y a favor de la contradicción continua, pero también estoy por la
afirmación. No estoy ni por el pro ni por el contra y no quiero explicar a nadie
por qué odio el sentido común.
DADA— he aquí la palabra que lleva las ideas a la caza;
todo burgués se siente dramaturgo, inventa distintos discursos y, en lugar de
poner en su lugar a los personajes convenientes a la calidad de su
inteligencia, crisálidas en sus sillas, busca las causas y los fines (según el
método psicoanalítico que practica) para dar consistencia a su trama, historia
que habla y se define. El espectador que trata de explicar una palabra es un
intrigante: (conocer). Desde el refugio enguantado de las complicaciones
serpentinas hace manipular sus propios instintos. De aquí nacen las desgracias
de la vida conyugal.
Fuente:
http://aquileana.wordpress.com/2010/05/05/tristan-tzara-primer-manifiesto-dada/
http://www.le-dadaisme.com
http://losmanifiestos.blogspot.com/2005/05/manifiesto-dadasta-1918.html
http://mason.gmu.edu/~rberroa/manifiestodadaista1.htm
http://losmanifiestos.blogspot.com/2005/05/manifiesto-dadasta-1918.html
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