Profesor
de literatura inglesa, crítica literaria y teoría de la comunicación, McLuhan
es reconocido como uno de los fundadores de los estudios sobre los medios, y ha
pasado a la posteridad como uno de los grandes visionarios de la presente y
futura sociedad de la información. Durante el final de los años 60 y principios
de los 70, McLuhan acuñó el término aldea global para describir la
interconexión humana a escala global generada por los medios electrónicos de
comunicación. Es famosa su sentencia "el medio es el mensaje".
McLuhan es el creador de numerosos
conceptos hoy muy populares acerca de los medios de difusión masiva y la
sociedad de la información, tales como la Galaxia Gutenberg, la Aldea global,
la diferenciación entre medios fríos y calientes y la descripción de los medios
de comunicación como extensiones de la persona.
McLuhan saltó a la fama en 1964, cuando publicó
Understanding Media. El libro, sin recursos publicitarios, se trasformó en un
bestseller en Harvard y otras universidades.
¿Cuál era el particular enfoque de McLuhan?
Esencialmente, podría decirse que no tenía ninguno. La aproximación de McLuhan
a un determinado problema partía de negar un punto fijo, puesto que la
comprensión requiere siempre, para él, un enfoque multidimensional. Con total
libertad, sus escritos carecen de argumentaciones complejas o de tesis alguna
que se desarrolle linealmente a lo largo de sus páginas.
La perspectiva de McLuhan respecto a los medios de
comunicación social se ha dado en llamar determinismo tecnológico. Aunque es
probable ver en él, también, a un visionario. En efecto, cuando McLuhan murió,
la televisión por cable aún no era una realidad mundial, los habitantes de la
'aldea global' aún poco sabían sobre interactividad, e-books, multimedia,
vídeoconferencias... pero la obra de McLuhan ha dejado un marco teórico que
permite estudiar y comprender la naturaleza de estos nuevos medios que han
revolucionado la historia de la comunicación de la humanidad.
Cuando
McLuhan, a mediados de la década de los 60, llamó por primera vez la atención
del público al redefinir medios y mensajes, hubo quien interpretó que lo que
hacía era promover el fin de la cultura del libro para propiciar la era de la
televisión. Pero, en realidad, lo que hacía era advertir sobre el poderoso
potencial del nuevo medio. Se sabe que en su vida privada McLuhan rechazaba a
la TV hasta tal punto que le pedía a su hijo que impidiera que sus nietos la
vieran. En efecto, llamó a la TV «el gigante tímido» y pretendía generar
conciencia acerca de su enorme poder.
El pensamiento de McLuhan respecto a los medios de
comunicación se inicia a partir de las siguientes ideas:
Somos lo que vemos.
En esta línea, podría afirmarse que veía en los medios
más agentes de posibilidad que de conciencia: así, los medios podrían
compararse con caminos y canales, antes que con obras de valor artístico o
modelos de conducta a seguir.
Es habitual que pensemos que los medios no son sino
fuentes a través de las cuales recibimos información, pero la concepción de
McLuhan era que cualquier tecnología (todo medio) es una extensión de nuestro
cuerpo, mente o ser. Los medios tecnológicos son entendidos como herramientas
que extienden las habilidades humanas, del mismo modo que una bicicleta o un
automóvil son una extensión de nuestros pies... la computadora sería una
extensión de nuestro sistema nervioso central
El medio es el mensaje
Así como el medio es entendido como una extensión del
cuerpo humano, el mensaje no podría limitarse entonces simplemente a contenido
o información, porque de esta forma excluiríamos algunas de las características
más importantes de los medios: su poder para modificar el curso y el funcionamiento
de las relaciones y las actividades humanas.
En esta línea, McLuhan definirá el mensaje de un medio
como todo cambio de escala, ritmo o letras que ese medio provoque en las
sociedades o culturas. De esta forma, el content se convierte en una ilusión o
visión, en el sentido de que éste se encuentra enmascarando, como La Máscara,
la modificación del medio (la mediatización) medio y mensaje funcionan en
pareja, comprometidos más o menos, puesto que uno puede contener a otro: el
telégrafo contiene a la palabra impresa, que contiene a su vez a la escritura,
que contiene al discurso... y así, por lo que el contenido se convierte en el
mensaje del medio continente.
Habitualmente no notamos que existe interacción entre los
medios y, dado que su efecto sobre nosotros, en tanto audiencia, suele ser
poderoso, el contenido de cualquier mensaje resulta menos importante que el
medio en sí mismos.
Fuente:
http://viewoncanadianart.com/2011/01/26/marshall-mcluhan-speaks/
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